La curva perfecta

 Han pasado solo 48 horas de nuestra primera cita, es lunes, el despertador sonó y francamente de pensar en partir con esas largas y poco fructíferas reuniones no me estimula a salir de la cama , apago el despertador y me quedo en espera de encontrar la motivación.


Ya son algo mas de las 8 am y de pronto entra un mensaje a mi WhatsApp , que curioso, es muy temprano, cojo el teléfono y wow..es Eduardo deseando buenos días , y se convierte en esa inyección de energía que no lograba tener...
-Buenos dias , como estas? yo ya en la oficina, tu?
_ Muy buenos dias, yo en casa, hoy no tengo reunion por ser fin de mes .
Eduardo pregunta...a que hora te puedo llamar? 
Coquetamente respondí , cuando usted quiera .
No pasó ni un minuto y estaba al teléfono, todo entusiasta y compungido, entusiasta porque la primera cita había sido de encuentro, complicidad y mucho fuego, compungido porque está enfermo y la cita del lunes no ocurrirá. Dio muchas explicaciones sobre su estado de salud y que no quería contagiarme , en fin, el punto es que no nos veremos hasta tres días mas.
El día transcurrió lleno de cosas , de esos días en que juras que no hay mucho que hacer y de pronto eran las 5 de la tarde , recordé que en nuestra conversación en el jazz mencionamos a un amigo en comun que me resulta interesante por un tema laboral para mi hija, entonces, le hablé, legítimamente para obtener ese contacto.
  • Hola Eduardo, como estas? disculpa que te moleste , me puedes dar el contacto de Rodrigo? 
Hemos terminando riendo porque todo el largo relato sobre nuestro amigo en común  fue errático ,siempre hablamos de personas distintas, sin embargo la conversación continuó con entusiasmo, pregunté por su resfrío, de súbito se sentía mejor jajjaja lo que me impulsó a tirar mis cartas una vez más y dije.... que pena que estés enfermo, porque me acabo de quedar sola en casa.
Claramente era una desenfada invitacion a repetir el encuentro, en privado, esta vez con la claridad de gustarnos, de sentir esas ansias de conseguir mas y mas de esos besos gloriosos que nos encienden, que nos desatan, siiiii, claro que quiero más !!
No se tomó ni un minuto en pensarlo y dijo: si, voy!!
Wowww...me puse muy nerviosa, los primeros encuentros vienen llenos de temores, de ansias, pero tambien de pudores, sin embargo , ¿cómo detenerse ante tal tentación?
Ya ha llegado la hora de nuestra cita, tengo espumante helando, pedí sushi, todo el depa está perfecto, cada cosa en su lugar, estoy tan ansiosa , y al fin llega. Bajé a buscarlo al estacionamiento, como nunca había mucho transito de personas y yo recibiendo a mi secreta visita jajajja Bueno, él se baja, nos miramos no sabiendo bien como saludarnos en público, asi es que me acerqué y le di un marcado beso en la mejilla, nuestras miradas querían mas, pero estábamos ambos nerviosos, él llego con una linda caja de chocolates italianos y una gran y cuidada caja de dulces árabes.
Subimos conversando tan naturales, como si lleváramos tiempo de conocernos, reímos, abrí la puerta del departamento y vino ese abrazo fuerte, en que un día me quebrara una costilla de tanta intensidad y me colmó de besos, besos que nacen con dulzura y fuego, una exquisita mezcla adictiva.
Comenzamos a disponer las copas , el sushi y desde la cocina le sugiero que ponga música, pídesela a Alexa dije jajajaja y su respuesta me sorprendió en demasía, ya que dijo, no, de ninguna manera, quiero que tú pongas la música, me acerqué a Eduardo y pregunté con curiosidad ¿por qué? y lo adoré...quiero escuchar tu música, porque te dije que tengo muchas ganas de conocerte y entendí que la música es una forma de expresión para ti. Si, adoré su intención. 
Nos sentamos a comer muy relajados en la mesa de centro, mientras recibía elogios por lo cálido de la decoración, tan reflejo de mi personalidad, y así, brindamos, nos besamos, comimos, nos besamos y de pronto me pidió me pusiera de pie, tomó mi mano y bailamos una pieza de música romántica, girando lentamente en el living, mientras nuestras miradas se comunicaban y vivíamos un sin de besos, simplemente maravilloso.
Este hombre me encanta, porque es tan de piel, me tomó y me llevo a su pecho, sentados en el sofa verde musgo, y me sostuvo con fuerza y cariño, acariciaba mi pelo, lo miré y nos volvimos a perder en una lluvia de besos.
Sin embargo, de pronto, se pone nuevamente de pie , toma mi mano invitándome a seguirlo y dice, bueno, creo que ha llegado el momento de ver su dormitorio....uffff, mi pecho se aceleró, nuevamente los miedos, pero la tentación puede mas.
Al entrar al dormitorio tomados de la mano me mira dulcemente, él apagó la luz, me envolvió con su grandes manos, me cubrió de besos, nos desnudamos con premura, la pasión se desató, somos de fuego, olvidé el pudor de desnudarme frente a un hombre que me ha gustado hace mas de una década, nos dejamos llevar, sentí su fuerza, su pasión, ese cuerpo turgente , nos descubrimos , descubrimos que esa curva es perfecta, que nuestra anatomía calza de manera natural, como la canción que se hizo icono de los primeros encuentros, cóncavo y convexo, así se sintió cada minuto, humedad, fulgor, deseo , un mar de pasión y de besos, pareciera que algo nace , y asusta, pero también seduce, porque sabe tan perfecto que podríamos a acostumbrarnos a vivir así.

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