La curva perfecta
Han pasado solo 48 horas de nuestra primera cita, es lunes, el despertador sonó y francamente de pensar en partir con esas largas y poco fructíferas reuniones no me estimula a salir de la cama , apago el despertador y me quedo en espera de encontrar la motivación . Ya son algo mas de las 8 am y de pronto entra un mensaje a mi WhatsApp , que curioso, es muy temprano, cojo el teléfono y wow..es Eduardo deseando buenos días , y se convierte en esa inyección de energía que no lograba tener... -Buenos dias , como estas? yo ya en la oficina, tu? _ Muy buenos dias, yo en casa, hoy no tengo reunion por ser fin de mes . Eduardo pregunta...a que hora te puedo llamar? Coquetamente respondí , cuando usted quiera . No pasó ni un minuto y estaba al teléfono, todo entusiasta y compungido, entusiasta porque la primera cita había sido de encuentro, complicidad y mucho fuego, compungido porque está enfermo y la cita del lunes no ocurrirá. Dio muchas explicaciones sobre su estado de salud y que no que